lunes, 27 de agosto de 2012

Hola, ¿cómo te sientes?



-“Los hombres no lloran”
-“De eso no se habla”
- “¿Otra vez hablando de Juancito? Olvídate, no merece ni una lágrima.”
-“¿Miedo?, no seas cobarde, tienes que ser fuerte, tú puedes”.
-“¿Envidia?, no conozco ese sentimiento, pero que bronca le tengo a María de que se haya comprado ese auto”

¿Eres capaz de identificar y conectarte con tus emociones claramente? ¿Cuáles no registras, no identificas o las evitas?.
Hoy no quiero saber cómo estás, quiero saber cómo te sientes. Y no quiero que respondas desde lo racional, así que detente, observa, escúchate, conéctate con lo más profundo de tu ser.
Junto con la vida nos vienen dadas las emociones. Son innatas, libres, genuinas, claramente identificables en un bebé recién nacido. Pero conforme pasa el tiempo en la mayoría de las culturas, los adultos fueron y van bajando modelos de permisos y no permisos, se van filtrando mandatos sociales, religiosos con sus cargas de juicios, modas, mitos. Y así las emociones poco a poco se van regulando, negando, reprimiendo, hasta producir en muchos casos desde un analfabetismo emocional hasta una alexitimia.
Cada emoción nos informa a cada momento qué nos está pasando y sentirlas es la manera que tenemos de procesar lo que nos sucede.
Ahora bien, todo esto quizá lo podamos comprender, pero ¿lo sentimos?, ¿nos permitimos estar tristes?, ¿nos permitirnos enojarnos?, ¿nos permitimos tener rabia?, ¿aceptamos que nos sentimos culpables?, ¿aceptamos alguna vez que sentíamos vergüenza?, ¿alguna vez confesaste a alguien que tenías miedo?, ¿alguna vez admitiste sentir envidia o celos?.
Observa que te nombré algunas de las emociones desagradables. Obviamente que son sensaciones molestas, pero experimentarlas de vez en cuando no es el fin del mundo y mucho menos si la vemos como valiosas señales de transformación.
Muchas personas piensan que sólo se deben expresar las emociones “bonitas”, y al resto enterrarlas, porque “enojarse está mal, sentir envidia es catastrófico, tener miedo es de cobarde, sentirse culpable es de víctima, estar triste es pérdida de tiempo”.
Esa gente autosuficiente, que todo lo puede, que siempre está bien, que no se permite llorar porque es de débiles, esos seres próximos al estoicismo, son las personas condenadas al sufrimiento, condenadas a desarrollar otras emociones sustitutas y no auténticas, tales como fobias, ataques de pánico, ansiedad, melancolía, depresión, ciclotimia, pesimismo, agresión, violencia, manipulación, sobreadaptación, amor por conveniencia, deshonestidad entre otras, y todo esto generando un stress abriendo así la puerta de entrada a las enfermedades. 
Cuantas veces escuchamos que debemos aprender a “controlar” las emociones. Mal interpretado en una gran mayoría de casos como “controlar=anular”. No podemos elegirlas, pero podemos decidir cuánto tiempo permanecer en ella. El control de las emociones no es otra cosa que el control de nuestros pensamientos. Por tanto, para vencer lo desagradable no es necesario reprimir ni enfrentarse, sino pensar bien.
Imagínense que si no nos permitimos llorar una pérdida, tampoco podremos sentir la intensidad del amor, de la alegría y el afecto. “Para qué decirle que lo quiero, si ya lo sabe”. Mientras más nos vayamos reprimiendo, más robots seremos.
¿Qué tiene de malo sentirnos tristes todo un día porque extrañamos a alguien?. Es preferible llorar en el momento de la pérdida, y no llorar a cuenta gotas toda la vida. ¿Qué tiene de malo expresar un enojo?. Es preferible en el instante pegar media vuelta, respirar profundamente y volver luego para dialogarlo, que a implotar en culpa o resentimiento, o explotar con ira contra el mundo.
Conocerse, conectarse y fluir naturalmente por las emociones es un signo de salud mental.
Las emociones no son ni buenas ni malas, simplemente SON, por tanto afectan e influyen en nuestra vida y en nuestras decisiones, y el poder habilitarlo tiene que ver con una buena autoestima.
Una persona con adecuada autoestima habilitará la emoción, podrá conectarse sin sentir que se debilita y se hará cargo de que sus emociones le pertenecen.
Una de las frases más chantajistas que resuena frecuentemente es “me hiciste enojar”. Nadie “me hace sentir”, sino que “siento” porque así percibí ese hecho, acción o palabra. Las emociones pertenecen a cada persona y responden a diferentes estímulos.
Recuerda que las emociones son contagiosas, por tanto, es sumamente importante cuidar qué información ingresamos a nuestra mente y de qué tipo de personas nos rodeamos. No vemos con nuestros ojos, sino con nuestro nivel de consciencia.
Aprendamos un poco más a tolerar lo que sentimos, sin pensarlo como signo de debilidad sino de fortaleza. Quizá simplemente debamos aprender a ser más humanos.

Luz y Amor

Lic. Patricia Bogado | Coach de Emociones & PNL
www.patriciabogado.com.ar 
Facebook: patriciabogadocoach | Twitter: @patriciabogado


    © 2012 - Patricia Bogado ALAS de ÉXITO- Todos los derechos reservados

domingo, 8 de julio de 2012

Lo que llevas dentro



Todo el mundo merece nuestro amor, y mientras no empecemos a pensar de esa forma siempre tendremos el pensamiento de "nosotros contra ellos"  -Wayne Dyer.

Cuando exprimes una naranja sale jugo de naranja. Cuando exprimes un limón sale jugo de limón. Eso es obvio, ¿no?. No podría salir otro tipo de jugo, sale lo que lleva dentro. Pues bien, así somos nosotros.
Escuchas una y otra vez a gente exclamando con gran énfasis: “mira lo que me hizo…pero cómo va a decirme eso…quién se cree que es…ya me las va a pagar…”. Y lo más probable es que el otro haya dicho o hecho algo no muy relevante, pero que para ti fue suficiente como para disparar hacia otra situación que ya hayas vivido con anterioridad, la cual te generó un gran daño. Entonces, ¿tú que hiciste? una cuenta matemática: “fulanita me hizo A, B y las consecuencias fueron C y D. Ahora, esta persona me dijo A, entonces se vienen B, C y D, así que mejor planto bandera roja y ésta me las paga”. Y así se vino tu reacción desmedida.
Ahora bien. Nadie da lo que no tiene. Evidente afirmación pero que al no entenderlo y con el significado que ésta palabra conlleva, se nos hace muy difícil poder vivirlo, y quedamos pegados al drama, y realmente creemos que eso que está pasando allá afuera es personal y en contra nuestro.
Las personas más “realistas” afirman que hay heridas que nunca cierran. Particularmente no estoy de acuerdo, sí podría afirmar que hay heridas que cuestan más sanar que otras, y que por lo tanto llevarán mucho más trabajo el proceso de perdón, incluso años, pero de ahí a decir que no lo podremos sanar “nunca” creo que es más una cuestión de nuestra mente que se resiste a dejar entrar luz y paz a nuestra vida, y que sin duda es la que una y otra vez te recuerda con todo su sentir esa situación vivida.
Te pido que imagines que la vida es una película, donde tú estás en el cine comiendo unos ricos pochoclos. Ahora observa esa escena que tanto te duele, apareces tú (protagonista), y las demás personas partícipes de esa escena, todos actores secundarios cómplices en esa situación. Observa la situación puntual del drama, tu reacción a eso, la reacción de los demás. Detén la película.
Pongamos como ejemplo un engaño, una traición. Situación extremadamente dolorosa ya que provoca una herida narcisista. Quizá tus expectativas, las promesas, tus sueños, en ese instante se vieron esfumados por completo entre los dedos de tu mano. Y, ¡cómo duele eso por Dios!. Cómo duele dejar ir la fotografía que te habías hecho con esa persona.   
Ahora bien, te pido que te desapegues de la escena y empieces a dar paso al dolor. Permítete llorar, hablar con alguien de confianza, es momento de limpiar el alma. La escena que se presentó fue la que tú necesitabas para tu crecimiento y evolución, simplemente ese acuerdo o contrato que tenías con esa persona se estaba cumpliendo. Ahora está tu libre albedrío: o te resientes desde la víctima y la venganza, o perdonas y evolucionas. Creo que es momento de descubrir que hay algo más, ¿no crees?.
Lo que esa persona “te hizo”, no te lo hizo a ti, aunque quizás tú hayas sentido eso. Por lo tanto ese gesto, comportamiento, actitud o palabra de aquella persona, resonó en tu interior de manera hostil conforme a tu historia personal y muy probablemente encuentres la raíz en tus primeros años de vida. 
Esa situación actual sólo ha tocado un botoncito herido, y aunque en el momento te cueste percibirlo se te está dando la oportunidad de poder sanarlo. Tienes que entender que ante momentos de presión lo que sale de ti es la frecuencia vibratoria que llevas dentro.
Ese hecho que pasó ya pasó, hagas lo hagas no podrás modificar nada. Si no perdonas solo tú te mantienes atado a esa persona o situación. Y esta elección de paz y aceptación es para ti, no para el otro.
Recuerda que la venganza enmascarada bajo “justicia” humana solo llevará a que te calmes un instante, pero arrastrarás la herida infectada por donde quiera que transites y seguirás sintonizando de la vida exactamente lo mismo, y algo peor, eso que tiraste al universo por ley retornará a ti, te guste o no, nos vamos de esta vida con saldo cero.
¿Qué es lo que hoy mueve tu vida?. Te invito a que seas parte de aquellos buscadores conscientes de lo que eligen qué llevar en su interior. Así con el tiempo (nada es de la noche a la mañana), cuando alguien vuelva a presionarte puedan salir de ti misericordia y amor. Si Jesús perdonó y amó a sus enemigos, ¿por qué no habremos de poder imitarlo?. 
Obtienes de la vida precisamente lo que das. La invitación a sentirte bien está hecha, la elección es tuya. El que tenga oídos, que oiga.

Luz y Amor


Lic. Patricia Bogado
www.patriciabogado.com.ar 
Facebook: PATRICIABOGADO - Tu Coach de Emociones 
Twitter: @patriciabogado

                                                   © 2012 - Patricia Bogado ALAS de ÉXITO- Todos los derechos reservados

lunes, 18 de junio de 2012


Testimonio de algunos participantes de la Conferencia Mar del Plata - Junio 2012:


· Gracias Patricia, que linda experiencia....triste, liberadora, sanadora, wowwwww, a peregrinar - Gustavo

·Excelente la conferencia Pato, muy lindaa la verdad llega muy profundo, y a seguir creciendo o a empezar a ser una Peregrina mas de esta misión que es la VIDA besotee TQM!!! – Claudia

· Estuvo excelente Patri. En cada una de tus conferencias adquiero un nuevo aprendizaje para poder volcar en mi vida. Besos. – Alicia

· Graciasssssss Pato fue genial... hermoso el ejercicio final.. muy sanador............ gracias por estar en mi camino.... bendiciones!!! – Valeria

· Magia!!! vos sos una personita muy especial, llena de luz y eso hace que dejes tus polvitos mágicos como Campanita por donde pases..... Hermosa y muy movilizadora la charla..... besotes! – LiLyana

·Que hermosa conferencia Patri dada desde el conocimiento, desde el alma y para el ama. Gracias !!!!!!!! – Silvina


· Es hermoso Patri lo que haces me encantó espero verte pronto – Yechi

· Hola Patricia, agradezco a Dios haber enviado un msje a tu programa y ganar la entrada para tu conferencia, realmente me cuesta mucho asistir a charlas y conferencias y que importante es la asistencia para quienes perdimos el rumbo y no saber por donde vamos, gracias por ayudarme a entender que la vida es dinamica, que siempre lo bueno es lo que viene y un futuro mejor solamente dependera de mi y de mi toma de decisiones. Gracias por tu entrega, Beatriz y yo necesitabamos entender que ambos fuimos responsables de nuestros aciertos y de nuestros errores. - saludos y gracias !!! - Julio

·Hola Patricia, muy bueno lo del sábado. Me gustó mucho y pude llevarme varios aprendizajes que puse en práctica casi inmediatamente. También fue muy linda la meditación y me permitió revivir tiempos de buceo espiritual.  – Gonzalo 


¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!!

domingo, 22 de abril de 2012

El mandato de ser tú mismo



“Que nadie le diga lo que tiene que hacer a alguien que ya ha decidido cuál debe ser su destino” – Proverbio árabe-

Creo que tú y yo coincidiremos en que toda etapa tiene su encanto y aprendizaje, y que todo en la vida son ciclos y todo ciclo tiene su principio y fin. Sin embargo, cuando empezamos a hacer conciencia de cómo pasa el tiempo, te empiezas quizás a apurar por vivir cada etapa en la que estás, y la vida como buena maestra de alguna u otra manera te pasa una especie de “mensaje de recordatorio”, anunciándote: “Bienvenido a la fase donde tus amigos, familiares o conocidos empiezan a casarse, a tener hijos, a comprarse un auto, una casa, a viajar, a lograr el éxito profesional”. Y en ese contraste de comparación se empieza a generar una angustia en tu interior.
Tienes determinada edad, te empiezas a cuestionar y lo cierto es que si no te encuentras sólido en tus convicciones y autoestima, la sociedad te presiona para que hagas algo que quizás no quieres pero que te empujan para que te sientas parte de la gente de esa etapa.
Que si estás solo, “¿eres bicho raro?”; Que si estás en pareja, “¿cuando te casas?”;  y si te quieres casar, “¿por qué mejor no pruebas con el concubinato, mira si te sale mal?”; y si te casas, “¿cuando tendrás al primer hijo?”; y si tienes el primero, “¿para cuando el hermanito?”; y si priorizas tu área profesional, “¿eres un materialista?”; que si consideras a la paternidad como opción y no obligación, “¿acaso eres desalmado?”, que si quieres cumplir un sueño, “¿no estarás un poquito grande para esa estupidez?”.
Definitivamente seguir a la masa, darle el gusto a alguien y crecer en bloque, sería un real fracaso y lograríamos tarde o temprano una muerte simbólica.
La presión de la sociedad siempre va a estar. Somos “opinólogos” por naturaleza. A los amigos o conocidos les encanta “presionar” para justificar sus acciones, y de esta manera buscar apoyo inconsciente a fin de sentirse pertenecientes al grupo, y así de esta forma, sentirse mucho mejor y creer que hicieron las cosas bien al compararse y ver que los demás también hicieron lo mismo.
Lo único que podrá sostenerte en esos momentos en donde te invada la sensación de soledad al percibirte distinto a tu grupo de amigos y sentir de alguna manera un rechazo indirecto con sus críticas, será tu nivel de autoestima.
La “soledad” presiona, pero luego de un tiempo, el que terminará presionando a la sociedad será el “diferente”, o sea, tú.
Cuántas cosas hacemos o dejamos de hacer por miedo, por presiones directas o indirectas, por mandatos, y ese juez interno que nos “apura” a alcanzar el tren que se nos escapa. Cuando en realidad, lo único que se nos escapa es la oportunidad de sentirnos en plenitud.
Cada persona tiene la opción de elegir entrar a determinada etapa o simplemente confirmar que sigue estando feliz en la que está. La decisión es personal y debe basarse en la propia felicidad y paz interior.
Cada quien mira la vida desde su propio cristal. Nunca es tarde para ser tú mismo, te equivoques o no, es tu vida, y tienes todo el derecho de elegir dónde estar y con quién estar. Cómo reaccionas a la presión es tu lección, y cómo reacciona el otro a tu elección es su lección.
Cuántas parejas viviendo como Pimpinela, cuántas personas encerradas en trabajos porque simplemente creen que no tienen otra opción. ¡Créeme!, siempre, siempre, siempre, hay otra opción.
Creo que la gente que se pasa dándoles el gusto a los demás, dándole significativa importancia al qué dirán, son los que más entran sufriendo a la etapa invernal de la vida por el arrepentimiento de no haber vivido.
Te animo a que vivas con pasión cada etapa, cada día, en cada momento, en cada circunstancia, en cada coincidencia, tú no sabes qué pasará mañana. En una oportunidad me dijo una persona muy especial: “no hagas planes a mediano plazo, la vida gira tan solo en un instante”.
La vida es tan corta, ¡por Dios!, toma consciencia de eso y piensa en esto. Cuando la alforja quede vacía lo único que llevarás en tu corazón serán esos momentos vividos, esos momentos en donde fuiste realmente tú, esos momentos en donde te animaste a tomar tus propias decisiones a pesar de las “presiones”, en donde te animaste a subirte a la barca con rumbo incierto y en donde te animaste a sembrar esperanza, fe y amor en el alma de un prójimo.
Creo firmemente que todos nacemos con una misión que cumplir, que haya gente que no sepa que la tiene es otra cosa. Pero cada quien tiene su camino, distinto al caminante de al lado, cada quien podrá brillar el día en que descubra ese talento puesto por Dios en su corazón y el día en que descubra su propio mapa y el misterio de interpretarla. A mi parecer, ésta es otra manera de conocer lo que se siente ser llamado por Dios.
No te apures por vivir cada etapa, pues cada una tiene su aprendizaje. Cada ser humano tiene su camino y su tiempo. Lo que deba ser será, y todo llega cuando debe ser, ni antes ni después.


Luz y Amor

Lic. Patricia Bogado
www.patriciabogado.com.ar


© 2012 - Patricia Bogado ALAS de ÉXITO- Todos los derechos reservados 

martes, 27 de marzo de 2012

Elige la paz


“La adversidad depende menos de los males que sufrimos que de la imaginación con que los padecemos”.
-F.  Fénelon-

Creo definitivamente que vinimos a ser felices, nadie vino a sufrir de gusto. Por Dios, ¿quien podría ser tan masoquista y querer darse el mismo golpe siempre tras la misma puerta?. Si sufrimos es porque aún seguimos un tanto dormidos, y cada quien tendrá su momento de despertar.
Todos nos hablan de “LA FELICIDAD” como ese estado a alcanzar, como el conejito siempre detrás de la zanahoria, todo es urgente, y que al final te terminas dando cuenta que cuando ya corriste tras el viento porque te apura “no se quién” para llegar al sitio “ningún lado”, te preguntas y dices: “y, ahora?”. Y sigues igual, o peor, porque ya estás agotado.
A ¿qué quiero llegar con esto?, que me puse a reflexionar sobre ¿qué es lo que realmente buscamos los seres humanos?.
En la vida se van sucediendo cambios en los que el proceso de madurez humana nos hace más pacientes, conforme vamos creciendo internamente hay menos prisa. Hablando en criollo, dejamos de perseguir la zanahoria.
Particularmente a mi, el concepto de “felicidad” me generaba mucha ansiedad y estaba “adelantada” en mi mente al momento presente; y me preguntaba: “¿Adonde está?, ¿Cuándo saldré sorteada en el bolillero?, ¿Será esto que estoy viviendo la felicidad o es algo más “wow”?, ¿Y cuando la alcance, se irá?”. Todas esas preguntas neuroasociaba al término de felicidad.
Y generalmente ¿por qué sucede esto?, porque confundimos felicidad con bienestar. Una cosa es ser feliz y otra cosa es tu bienestar.
El nombre te lo dice bien-estar, estar-bien. Es un estado, un momento, circunstancial. Tienes el auto, un lindo espacio donde trabajar, una bella computadora, una bonita cama, etc. Eso es bienestar, es algo maravilloso y agradezcamos diariamente por todo eso que tenemos y nos permite un determinado confort.
Todo esto es muy bonito, pero no da la felicidad.  Un ejemplo de eso: hay gente con todo el dinero del mundo y aun así se quita la vida.
Sigamos reflexionando. Y ¿de qué hablamos cuando hablamos de felicidad? Y podríamos decir que hablamos de gozo, siendo la hermana gemela la alegría. Y fíjense que ironía, los grandes gozos de la vida no son enormes, son pequeños. Quizás el compartir una comida, disfrutar de un baño caliente, el sentarse en la playa sin hacer nada, o esas charlas de horas con esa persona especial.
Y todo esto nos va acercando a lo que verdaderamente buscamos los seres humanos. Y que no es otra cosa que la paz interior. Todos, absolutamente buscamos nada más que eso. La paz es todo. El resto es una vuelta de carrousel.
Cada vez que te sientes bien, cada vez que te conectas con tu esencia,   estas en conexión con Dios, porque esa es tu frecuencia.
Me gusta mucho una palabra en inglés y que la tengo como lema, y es: “Feel good- feel God”, al cual, yo lo interpreto así: “Cuando te sientes bien, cuando sonríes estás más cerca de Dios”.
Recuerda siempre que en cualquier circunstancia, en cualquier condición, tú puedes darte cuenta que la paz está a tu alcance y es un acto de elección.
Aquí una clave, aplícalo cada vez que puedas al tomar una decisión y pregúntate: “Esto que voy a hacer, decir, pensar, ¿me da paz?,”, si es así, sigue por ahí. Si no, no. Eso es fluir.
Y sí, la vida es simple. Si algo fluye fácil es por ahí, sino, no. Que afirmación sabia te he dicho. Es que no hay más, nuestra licuadora mental la hace compleja, créeme es así.
El problema viene cuando nos resistimos a remover lo que ya no va con nuestro campo vibracional; al ego le gusta mucho retener. Y cuando no nos movemos, esa energía se pudre y damos la bienvenida al sufrimiento opcional.
Por decirlo de otra forma, el sufrimiento se da cuando entran en choque la "doble A": la aceptación y adaptación. La aceptación de que lo hecho, hecho está, y de que el otro es otro. Y la adaptación a lo nuevo; este paso conlleva necesariamente un cambio en tu interior y la búsqueda de nuevas herramientas.
Te animo a conectarte nuevamente con tu esencia, a que busques todo aquello que te de paz interior, a que cambies y des paso a lo nuevo y a lo mejor.
Y cuando te plantees un objetivo sea en el área que sea, no persigas a la zanahoria, porque lo que importa no es alcanzarlo, sino la calidad de vida que se experimenta a lo largo del camino.
Al fin y al cabo, ¿de qué trata la vida?, de aprender a fluir en el momento presente con la carta que toque, y ver el lado bueno y hasta gracioso de lo que sucede.
Esa es la magia de la vida cuando sigues a tu intuitivo corazón. Ten la plena certeza de que a cada momento tú puedes elegir la paz.

Luz y Amor


Lic. Patricia Bogado
www.patriciabogado.com.ar 


© 2012 - Patricia Bogado ALAS de ÉXITO- Todos los derechos reservados 

jueves, 12 de enero de 2012

Tú eres tú y Yo soy yo


"Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo. No estoy en este mundo para llenar tus expectativas. Ni tú estás en el mundo para llenar las mías. Tú eres tú y yo soy yo. Si causalmente nos encontramos será hermoso. Si no, no importa" –  Fritz Perls-
Se te acaba el día y has hecho veinte mil cosas, llega la noche y muy probablemente estés muy orgulloso porque has pensado en todo y en todos. Y que bien se siente haber cumplido con los demás, ¿verdad?, al menos el otro estará contento y dormirá tranquilo, y ¿tú?, ¿quién piensa en ti?.
Observo tantos rostros cansados y perdidos de sí mismos, rogando migajas de amor y ya no saben qué hacer para agradar a su pareja, a su jefe, a su familia, en fin, al mundo entero.
Tristemente la mayoría de las veces aprendemos a los golpes, pero es necesario en algunos casos ¿perder la dignidad?.
Estamos invadidos de tantos mensajes aprendidos en la niñez entre: lo que debo ser, lo que tengo que organizar, a lo que debo llegar; y que llegado un determinado momento por ir cumpliendo uno por uno esos mensajes, lo que vamos logrando es perder nuestra propia energía, despersonalizándonos por el camino y perdiéndonos de nosotros mismos. Luego sucede que nos exigimos cada vez más y así vamos tirando otro poquito, y de pronto paras y dices: “Ya no puedo más…” y bajas los brazos, ya no tienes energía, llegas en un estado de crisis, porque honestamente ¡ya no puedes!, y lo que ha sucedido es que te has responsabilizado de todos, menos de ti.
Hay hombres y mujeres muy enojados, muy irritables precisamente porque se perdieron a si mismos y esto es sumamente doloroso, y el alma lo sabe.
Mi invitación en este artículo es bien concreto, es invitarte a que vuelvas a ti. Que por unos momentos no escuches al otro, te escuches a ti, que por unos instantes ya no observes qué necesita el otro, sino qué necesitas tú.
Voy a hacer hincapié en dos puntos fundamentales, en las expectativas y el paradigma del YO. Para esto me pareció pertinente elaborar brevemente 4 principios que considero fundamentales para que retornes a tu más pura esencia:

Principio 1: No fue tu error que no cumplieras con mis expectativas, fue mío por haber querido que las adivinaras. Así lo supe: Tú eres Tú y Yo soy Yo.

Esto resume la frase del inicio de Perls y creo que más claro échale agua. Ahora bien, no vamos a producir ningún cambio hasta que entendamos lo siguiente: Nadie te defrauda, nadie te decepciona, lo que a ti te hace daño son tus propias expectativas puestas en la otra persona.
Nosotros llegamos a cualquier relación con una serie de preconceptos sobre lo que debe ser el vínculo y elaboramos internamente una larga lista de los “deberías” del otro. Muchos de los malos entendidos en las relaciones se producen porque inconscientemente exigimos al otro aquello que deseábamos cuando éramos niños y que nunca nos atrevimos a pedir.
Harville Hendrix expresa que: “La elección de pareja es producto de nuestro inconsciente y lo que desea el inconsciente es cerrar las heridas de la infancia (…)”. Es decir, que las viejas heridas de nuestra niñez no permiten que fluya nuestro amor y libertad. Por lo que me atrevo a afirmar que hay muchos niños heridos jugando a ser adultos. Y de aquí nuestras exigencias, reproches, reclamos a nuestra pareja.
Por tanto, ver a las personas tal y como son, no es complicado cuando dejas de verlas como quieres que sean pero para esto se hace necesario retornar a nuestra esencia y sanar esas heridas.  

Principio 2: Aceptar a alguien como es y no como yo quisiera que fuera, es el principio del cambio en mi relación.

Según el biólogo Humberto Maturana: "El amor es la emoción que constituye las acciones de aceptar al otro como un legítimo otro en la convivencia; por lo tanto, amar es abrir un espacio de interacciones recurrentes con otro en el que su presencia es legítima sin exigencias".
Simple, ¿quieres paz en tus relaciones?, acepta al otro. Simple pero nada fácil, ¿verdad?.
Sé que no es nada fácil aceptar que el otro piense, sienta, opine y actúe distinto a uno cuando el ego lucha por el poder y la razón, maquillándose con la máscara de víctima y justicia. Y mucho menos si hay un ego herido, el cual ya no observa personas sino solo aceptación o rechazo.
Aceptar las necesidades, las opiniones, los intereses, los gustos, los valores del otro son tan valiosos y legítimos como los míos, son tan válidos como los míos, son tan verdaderos como los míos.
Ahora bien, y a este punto quiero llegar: Para tener una relación armónica, (sea de pareja, jefes, compañeros, amigos, etc.), se hace necesario que yo acepte su mapa, más no es obligatorio que comparta.  

Principio 3: Si para que no te vayas, tengo que ser como tú quieres, por favor, no te quedes. Me quedo conmigo.

Grave, gravísimo error sobre todo en las mujeres, dejar de ser uno para ser imagen del otro. Que me ponga en pareja no quiere decir que me olvide de mí para amoldarme a un molde imperfecto de otro. Cada uno es un molde distinto y rompe el molde y punto.
No me canso de repetir una y otra vez: se tú y si no gustas al otro, no pasa nada, no te aferres a esa persona, suelta, te puedo asegurar que habrá otra persona que sí gustará de ti y que sí te amará como mereces. Como expresa Walter Riso, “no te merece quien te lastima”. Y agrego, no te merece quien no te acepta. Cada uno sabe lo que debe cambiar, no es necesario cambiar por una migajita de amor.
He visto muchísimos casos de personas que sufren terriblemente por apegarse a alguien que no les da ni la hora, que las humilla con palabras y ni que hablar de otras formas de agresión, por favor, por amor a uno mismo, somos casi 6800 millones de personas en el planeta tierra, ¿por qué sufrir por esa persona?. Gente que por miedo a estar sola se aferran al otro aunque sea a través del conflicto, y generan discusiones, peleas una y otra vez con tal de mantenerse unidos.
Hay ciclos para todo, tenemos un ciclo al nacer, tenemos un ciclo al morir, tenemos ciclos constantemente, tenemos ciclos dentro de los ciclos. No puedo empezar un nuevo ciclo si no cierro el viejo. A ver si soy clara, no puedo entrar a una siguiente habitación si no cierro la puerta y atravieso el pasillo.
Por favor, sé tu mismo y si cambias que sea porque tú así lo sientes, pero no te amoldes.

Principio 4: Del Paradigma del Tú al Paradigma del Yo

“Tú me cuidas, tú me haces feliz, tú me solucionas los problemas, tú me quieres, tú eres la persona que me llena,… tú eres quien me hace infeliz, tú eres quién me lastima, tú me hieres, por tanto, por tu culpa me siento mal, si tú fueras de otra manera todo sería distinto, por tanto, tú tienes que cambiar”.
Qué logramos siendo así?: Frustración, soledad, tristeza, impotencia, desamparo, desencuentro.
“Yo soy responsable de mi vida, yo soy el protagonista de mis actos, yo me hago responsable de mis sentimientos, yo me cuido, yo decido continuar esta relación porque quiero, yo soy responsable de mis decisiones y acciones, yo asumo las consecuencias de mis equivocaciones, por tanto, yo quiero y puedo cambiar.”
Qué logramos siendo así?: Que desaparezca la culpa y empezar a ver al otro como un espejo de nuestras propias debilidades, como una oportunidad al cambio personal.

Pero recuerda, solo tú puedes elegir en qué paradigma quieres estar. Y para finalizar quisiera regalarte esta frase y es mi deseo que lo puedas entender en el lenguaje que expreso: “Yo soy yo y tú eres tú, yo me amo y tú te amas pero más amo cuando nos amamos juntos”.  

Luz y Amor

Lic. Patricia Bogado
Coach Ontológico & PNL - Management de Emociones
www.patriciabogado.com.ar 
Facebook: PATRICIABOGADO - Tu Coach de Emociones  

© 2012 - Patricia Bogado ALAS de ÉXITO- Todos los derechos reservados