domingo, 22 de abril de 2012

El mandato de ser tú mismo



“Que nadie le diga lo que tiene que hacer a alguien que ya ha decidido cuál debe ser su destino” – Proverbio árabe-

Creo que tú y yo coincidiremos en que toda etapa tiene su encanto y aprendizaje, y que todo en la vida son ciclos y todo ciclo tiene su principio y fin. Sin embargo, cuando empezamos a hacer conciencia de cómo pasa el tiempo, te empiezas quizás a apurar por vivir cada etapa en la que estás, y la vida como buena maestra de alguna u otra manera te pasa una especie de “mensaje de recordatorio”, anunciándote: “Bienvenido a la fase donde tus amigos, familiares o conocidos empiezan a casarse, a tener hijos, a comprarse un auto, una casa, a viajar, a lograr el éxito profesional”. Y en ese contraste de comparación se empieza a generar una angustia en tu interior.
Tienes determinada edad, te empiezas a cuestionar y lo cierto es que si no te encuentras sólido en tus convicciones y autoestima, la sociedad te presiona para que hagas algo que quizás no quieres pero que te empujan para que te sientas parte de la gente de esa etapa.
Que si estás solo, “¿eres bicho raro?”; Que si estás en pareja, “¿cuando te casas?”;  y si te quieres casar, “¿por qué mejor no pruebas con el concubinato, mira si te sale mal?”; y si te casas, “¿cuando tendrás al primer hijo?”; y si tienes el primero, “¿para cuando el hermanito?”; y si priorizas tu área profesional, “¿eres un materialista?”; que si consideras a la paternidad como opción y no obligación, “¿acaso eres desalmado?”, que si quieres cumplir un sueño, “¿no estarás un poquito grande para esa estupidez?”.
Definitivamente seguir a la masa, darle el gusto a alguien y crecer en bloque, sería un real fracaso y lograríamos tarde o temprano una muerte simbólica.
La presión de la sociedad siempre va a estar. Somos “opinólogos” por naturaleza. A los amigos o conocidos les encanta “presionar” para justificar sus acciones, y de esta manera buscar apoyo inconsciente a fin de sentirse pertenecientes al grupo, y así de esta forma, sentirse mucho mejor y creer que hicieron las cosas bien al compararse y ver que los demás también hicieron lo mismo.
Lo único que podrá sostenerte en esos momentos en donde te invada la sensación de soledad al percibirte distinto a tu grupo de amigos y sentir de alguna manera un rechazo indirecto con sus críticas, será tu nivel de autoestima.
La “soledad” presiona, pero luego de un tiempo, el que terminará presionando a la sociedad será el “diferente”, o sea, tú.
Cuántas cosas hacemos o dejamos de hacer por miedo, por presiones directas o indirectas, por mandatos, y ese juez interno que nos “apura” a alcanzar el tren que se nos escapa. Cuando en realidad, lo único que se nos escapa es la oportunidad de sentirnos en plenitud.
Cada persona tiene la opción de elegir entrar a determinada etapa o simplemente confirmar que sigue estando feliz en la que está. La decisión es personal y debe basarse en la propia felicidad y paz interior.
Cada quien mira la vida desde su propio cristal. Nunca es tarde para ser tú mismo, te equivoques o no, es tu vida, y tienes todo el derecho de elegir dónde estar y con quién estar. Cómo reaccionas a la presión es tu lección, y cómo reacciona el otro a tu elección es su lección.
Cuántas parejas viviendo como Pimpinela, cuántas personas encerradas en trabajos porque simplemente creen que no tienen otra opción. ¡Créeme!, siempre, siempre, siempre, hay otra opción.
Creo que la gente que se pasa dándoles el gusto a los demás, dándole significativa importancia al qué dirán, son los que más entran sufriendo a la etapa invernal de la vida por el arrepentimiento de no haber vivido.
Te animo a que vivas con pasión cada etapa, cada día, en cada momento, en cada circunstancia, en cada coincidencia, tú no sabes qué pasará mañana. En una oportunidad me dijo una persona muy especial: “no hagas planes a mediano plazo, la vida gira tan solo en un instante”.
La vida es tan corta, ¡por Dios!, toma consciencia de eso y piensa en esto. Cuando la alforja quede vacía lo único que llevarás en tu corazón serán esos momentos vividos, esos momentos en donde fuiste realmente tú, esos momentos en donde te animaste a tomar tus propias decisiones a pesar de las “presiones”, en donde te animaste a subirte a la barca con rumbo incierto y en donde te animaste a sembrar esperanza, fe y amor en el alma de un prójimo.
Creo firmemente que todos nacemos con una misión que cumplir, que haya gente que no sepa que la tiene es otra cosa. Pero cada quien tiene su camino, distinto al caminante de al lado, cada quien podrá brillar el día en que descubra ese talento puesto por Dios en su corazón y el día en que descubra su propio mapa y el misterio de interpretarla. A mi parecer, ésta es otra manera de conocer lo que se siente ser llamado por Dios.
No te apures por vivir cada etapa, pues cada una tiene su aprendizaje. Cada ser humano tiene su camino y su tiempo. Lo que deba ser será, y todo llega cuando debe ser, ni antes ni después.


Luz y Amor

Lic. Patricia Bogado
www.patriciabogado.com.ar


© 2012 - Patricia Bogado ALAS de ÉXITO- Todos los derechos reservados