domingo, 8 de julio de 2012

Lo que llevas dentro



Todo el mundo merece nuestro amor, y mientras no empecemos a pensar de esa forma siempre tendremos el pensamiento de "nosotros contra ellos"  -Wayne Dyer.

Cuando exprimes una naranja sale jugo de naranja. Cuando exprimes un limón sale jugo de limón. Eso es obvio, ¿no?. No podría salir otro tipo de jugo, sale lo que lleva dentro. Pues bien, así somos nosotros.
Escuchas una y otra vez a gente exclamando con gran énfasis: “mira lo que me hizo…pero cómo va a decirme eso…quién se cree que es…ya me las va a pagar…”. Y lo más probable es que el otro haya dicho o hecho algo no muy relevante, pero que para ti fue suficiente como para disparar hacia otra situación que ya hayas vivido con anterioridad, la cual te generó un gran daño. Entonces, ¿tú que hiciste? una cuenta matemática: “fulanita me hizo A, B y las consecuencias fueron C y D. Ahora, esta persona me dijo A, entonces se vienen B, C y D, así que mejor planto bandera roja y ésta me las paga”. Y así se vino tu reacción desmedida.
Ahora bien. Nadie da lo que no tiene. Evidente afirmación pero que al no entenderlo y con el significado que ésta palabra conlleva, se nos hace muy difícil poder vivirlo, y quedamos pegados al drama, y realmente creemos que eso que está pasando allá afuera es personal y en contra nuestro.
Las personas más “realistas” afirman que hay heridas que nunca cierran. Particularmente no estoy de acuerdo, sí podría afirmar que hay heridas que cuestan más sanar que otras, y que por lo tanto llevarán mucho más trabajo el proceso de perdón, incluso años, pero de ahí a decir que no lo podremos sanar “nunca” creo que es más una cuestión de nuestra mente que se resiste a dejar entrar luz y paz a nuestra vida, y que sin duda es la que una y otra vez te recuerda con todo su sentir esa situación vivida.
Te pido que imagines que la vida es una película, donde tú estás en el cine comiendo unos ricos pochoclos. Ahora observa esa escena que tanto te duele, apareces tú (protagonista), y las demás personas partícipes de esa escena, todos actores secundarios cómplices en esa situación. Observa la situación puntual del drama, tu reacción a eso, la reacción de los demás. Detén la película.
Pongamos como ejemplo un engaño, una traición. Situación extremadamente dolorosa ya que provoca una herida narcisista. Quizá tus expectativas, las promesas, tus sueños, en ese instante se vieron esfumados por completo entre los dedos de tu mano. Y, ¡cómo duele eso por Dios!. Cómo duele dejar ir la fotografía que te habías hecho con esa persona.   
Ahora bien, te pido que te desapegues de la escena y empieces a dar paso al dolor. Permítete llorar, hablar con alguien de confianza, es momento de limpiar el alma. La escena que se presentó fue la que tú necesitabas para tu crecimiento y evolución, simplemente ese acuerdo o contrato que tenías con esa persona se estaba cumpliendo. Ahora está tu libre albedrío: o te resientes desde la víctima y la venganza, o perdonas y evolucionas. Creo que es momento de descubrir que hay algo más, ¿no crees?.
Lo que esa persona “te hizo”, no te lo hizo a ti, aunque quizás tú hayas sentido eso. Por lo tanto ese gesto, comportamiento, actitud o palabra de aquella persona, resonó en tu interior de manera hostil conforme a tu historia personal y muy probablemente encuentres la raíz en tus primeros años de vida. 
Esa situación actual sólo ha tocado un botoncito herido, y aunque en el momento te cueste percibirlo se te está dando la oportunidad de poder sanarlo. Tienes que entender que ante momentos de presión lo que sale de ti es la frecuencia vibratoria que llevas dentro.
Ese hecho que pasó ya pasó, hagas lo hagas no podrás modificar nada. Si no perdonas solo tú te mantienes atado a esa persona o situación. Y esta elección de paz y aceptación es para ti, no para el otro.
Recuerda que la venganza enmascarada bajo “justicia” humana solo llevará a que te calmes un instante, pero arrastrarás la herida infectada por donde quiera que transites y seguirás sintonizando de la vida exactamente lo mismo, y algo peor, eso que tiraste al universo por ley retornará a ti, te guste o no, nos vamos de esta vida con saldo cero.
¿Qué es lo que hoy mueve tu vida?. Te invito a que seas parte de aquellos buscadores conscientes de lo que eligen qué llevar en su interior. Así con el tiempo (nada es de la noche a la mañana), cuando alguien vuelva a presionarte puedan salir de ti misericordia y amor. Si Jesús perdonó y amó a sus enemigos, ¿por qué no habremos de poder imitarlo?. 
Obtienes de la vida precisamente lo que das. La invitación a sentirte bien está hecha, la elección es tuya. El que tenga oídos, que oiga.

Luz y Amor


Lic. Patricia Bogado
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