De pronto, nos damos cuenta
que alguien en nuestra vida está sacando ventaja de nosotros y nos incita a
hacer o incluso a aguantar situaciones que no nos gustan.
Los titiriteros emocionales
son estas personas que disponen de distintas herramientas manipuladoras
sabiendo qué botones apretar y de qué hilos estirar para llevarte a
satisfacerlos, aún a costa tuya. Te hacen sentir como si fueras un títere del
que disponen cuando tienen ganas porque se les antojó jugar con él.
Algunos vienen bajo la máscara
seductora y que necesitan una audiencia que lo estén adorando, cuando ya no lo
hagan más buscará otro escenario. Son los narcisistas, te hacen creer en ellos,
algunos se venden a sí mismos como grandiosos, generosos, te regalan cosas, manipulan
los hechos y distorsionan tu percepción a gran velocidad. Son muy demandantes
para obtener un “Sí” de tu parte, te están todo el tiempo detrás. Si ya lo
descubriste y buscas salir de su influencia, te acusarán de desleal y traidor,
y buscará hacer saber a otros tu falta para que te exilien del sistema.
Otros aparecen con la máscara
de destructor insaciable o depredador. Se presentan como necesitados y tú eres
la única persona que les puede ayudar, te cuentan su miseria humana y te
presentan un problema extremadamente conmovedor. Estos no necesitan un público
que los adore, necesitan una víctima que haga cosas por él. Que trabaje, que lo
mantenga, que les resuelva un problema, que le pague sus vicios, que lo lleves
y que lo traigas, incluso te pueden embarcar en un negocio, te ofrecerán un
proyecto maravilloso y luego dejarte con las deudas. Si reclamas se ofenden y
te reprochan por ser tan “materialista” o mala pareja, amigo o pariente. Una
vez que dejas satisfecha su necesidad desaparecen, algunos vuelven cuando
necesitan más.
Otros titiriteros son aquellos
dramáticos o emocionalmente inestables. Estos son muy impredecibles, porque
nunca sabes de qué humor estarán ese día. Son intolerantes, explosivos por
cosas insignificantes y a los diez minutos están como si nada hubiera pasado.
Te maltratan verbalmente por cualquier cosa. Tienen que ser el centro de tu
atención y sus necesidades van primero. La relación con ellos es una montaña
rusa, actúan más por emociones. No están interesados en la lógica ni en la
razón, por lo cual no sirve de nada que des argumentos de su conducta. Solo
quieren atención inmediata, te hacen responsables por sus cambios de humor
negativos. Hacen escenas hasta en público para avergonzarte y que cedas o
aprendas. Si quieres dejar la relación harán un gran drama, pueden suplicar y
prometerte lo que sea para que no lo dejes. Incluso hasta pueden amenazar con
quitarse la vida.
De manera consciente o
inconsciente, el chantajista emocional detecta en los otros ciertos patrones de
conducta y debilidades. Es muy hábil para descubrir cuáles son esos botones que
tiene que apretar para que la otra persona funcione de la manera que él quiere.
Ya sea inyectando culpa, o con enojo, con miedo, con ansiedad, con tristeza,
para poder obtener aquello que desea.
Una persona sana no antepone
sus necesidades a través de anular la de los otros. Normalmente en una relación
debería ser “porque te quiero te elijo y te doy mi cariño y mi atención”, en
cambio, en una relación de chantaje es “si quieres mi atención y mi cariño tienes
que hacer lo que yo te diga, como yo te diga y cuando yo te lo diga, porque si
no haces eso, te pago con esta”. Y así se termina convirtiendo en una relación
de necesidades.
Un punto a tener en cuenta es
que no existe titiritero sin títere. Si te mantienes a sabiendas en una
relación así, recuerda que tienes la pareja para la que te alcanzó, así que no
eres víctima sino corresponsable, porque no hay nada que tú puedas hacer para
“curar” a estos enfermos emocionales. Y si persistes, muy probablemente tienes
problemas con tu autoestima que te impiden pensar en la posibilidad de que eres
capaz de aspirar a algo mejor, a una vida más libre y plena.
A veces el titiritero de tu
vida no es una pareja, sino tu madre, padre, hermano o socio. No tienes que
querer menos, ni dejar de querer para liberarte. Tienes que quererte más,
reconocer el chantaje y atender tus debilidades propias para poder de una vez
cortar esos hilos.
No pretendas negociar con el
chantajista, ni intentes convencerlo para que abandone su profesión de
titiritero. Lo que sí puedes hacer es buscar la ayuda necesaria para dejar de
ser un títere emocional.
Un abrazo de luz
Lic. Patricia Bogado
Coach & Master PNL
Para entrevistas con Patricia: info@patriciabogado.com.ar
© 2013 - Patricia Bogado ALAS de ÉXITO - Todos los derechos reservados
Si deseas reproducir parcial o totalmente este artículo en tu blog o sitio por favor incluye los datos de la autora notificando sobre el mismo a: info@patriciabogado.com.ar