sábado, 23 de abril de 2011

Te pareces tanto a mí


"El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en buscar nuevos territorios sino en tener nuevos ojos"
-Marcel Proust-

Caminas, caminas y alguien se asoma. No haces caso, sigues. Avanzas un poco más rápido, sigues caminando y vuelven a asomarse, lo ves con un poco más de nitidez pero aún no lo distingues. Sientes miedo, es oscuro. Decides cambiar de camino, estás un poco más tranquilo, pero no logras borrar esa imagen de tu mente. Sigues caminando, avanzas más a prisa, pegas la vuelta en la esquina y ahí lo tienes frente a tus ojos. Ya no puedes escapar. Es tu sombra. 
¿Por qué sientes enojo cuando miras o escuchas a alguien y no lo conoces? ¿Qué palabra escuchaste de esa persona que despertó tristeza en tu interior? ¿Qué gestos ves en el otro que te producen ira?.
Cuando alguien despierta en nosotros emociones de alerta o nos saca de nuestro eje, es porque vemos en esa persona un aspecto que existe dentro nuestro. Atraemos a gente que refleja nuestras propias características negativas. 
A veces queremos justificarlo, pero contesta con una mano en el corazón, ¿qué observas en el otro que no logras observarte en ti?. 
De nada sirve seguir proyectando nuestro malestar interno en el espejo social. Estas personas se acercaron a nuestras vidas para ofrecernos la posibilidad de transformar y superarnos. Es en estos momentos donde sale a la luz nuestras zonas oscuras. Que si logramos modificar nuestra naturaleza y ya no reaccionamos con enojo o ira lentamente nuestra vida irá mejorando con ese cambio interior y pasaremos a un siguiente escalón de crecimiento. 
Una de las mayores actitudes de mediocridad que he observado es que algunos se empecinan en juzgar al otro un supuesto error que no logran verse en sí mismos y ofrecen sutil o explícitamente su mejor receta de vida. Como dice un proverbio, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. 
No hay mapas iguales. Hay tantos caminos como viajeros. Cada quien tiene su sendero, sus pruebas y su tiempo para despertar o promocionar determinada asignatura pendiente. A veces es fácil encontrar faltas en otros cuando no conocemos las circunstancias o motivos que fomentaron sus actos. Observar a los demás lo hace cualquiera, observarse a uno mismo solo está reservado para los grandes.
Te pongo un ejemplo bien claro, el medicamento que tomas cuando te duele la cabeza a ti te funciona, pero ¿sabemos qué le puede pasar al otro si le das tu misma receta?, no lo sabemos. ¿Te resulta inofensiva?, pues es probable que la otra persona tenga una reacción alérgica a esa pastilla que para ti resulta positiva. 
Nuestra historia personal y trasfondo cultural nos lleva a interpretar el presente de determinada manera. No podemos medir al otro por la historia que vivimos. Vivimos en mundos interpretativos por lo tanto no sabemos cómo son las cosas. 
Aprendamos a manejar el pasado y a gestionarlo adecuadamente, de lo contrario nos mandará mensajes al presente que puede condicionarnos en muchas de nuestras actitudes y conductas. 
El camino para sanar nuestras heridas no es de rosas, es un proceso y como todo proceso no es de la noche a la mañana, dolerá pero el beneficio a mediano y largo plazo es de plena satisfacción, de absoluta paz interior. Lo importante es despertar.
La vida es una escuela, asignatura que no apruebas la llevas a marzo. Si no lo promocionas ahora, más adelante aparecerá disfrazado con otro nombre y otra escena, pero la materia es la misma.
Entonces, antes de reaccionar, detente a reflexionar e identificar por qué sientes eso qué estás sintiendo y luego entenderás por qué haces lo que vienes haciendo.  
No permitamos que nuestras situaciones del pasado sin resolver sigan dirigiendo nuestra vida. No esperemos a darnos cuenta que cuando ya no podemos cambiar nada ni a nadie, no nos queda otra que cambiarnos a nosotros mismos. 
Cuando nos sintamos inclinados a juzgar, será un buen momento para ser pacientes y guardar silencio. Cuando sintamos la oscuridad, será un buen momento de practicar la sabiduría y emprender una aventura interior.  
Reconcíliate con tu existencia. Aprendamos a reaprender. 

Luz y Amor

Lic. Patricia Bogado 
Coach Ontológico & PNL
Entrenadora Transpersonal
patriciabogado.com.ar


viernes, 22 de abril de 2011

En el camino de búsqueda de uno mismo llega un maravilloso punto donde te das cuenta que no estás hecho para entrar o ajustarte a un molde, sino que necesitas romperlo pero como una bendita consecuencia de saber que tú no cabes ahí...Si nacimos originales, ¿por qué terminaremos siendo copias?..¡Atrévete a ser quien estás destinado a SER!


sábado, 9 de abril de 2011

La fuerza del hartazgo


"Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes"
-Confucio-

¿Cuántas veces nos ha pasado de tolerar una circunstancia que la venimos remando contracorriente? ¿Cuántas veces nos hemos prometido cambiar y seguimos sin hacer frente?.  
Muchas veces nos hacemos promesas, ya sea porque queremos modificar un hábito que nos hace daño, poner punto final a una relación que nos lastima, tirar la toalla en ese bendito trabajo que nos agobia, o simplemente para empezar la dieta del famoso lunes que nunca llega. 
Un verdadero cambio en nuestra vida solo sucede cuando nos hartamos de lo que venimos viviendo. No sucede antes. Mientras tanto revoloteamos, vamos, venimos, lo pensamos, lo hablamos, lo sentimos, lo evaluamos, lo meditamos y hasta nos puede gustar la idea de la posibilidad de cambio, pero, en ninguno de esos momentos cambiamos. ¡Hasta que! nos hartamos de vivir como hasta ese momento. Y esa es la verdadera fuerza del hartazgo. 
Solo se cambia cuando existe un grito interior desesperado con fuerza y determinación que nos dice: “¡Basta!, ¡no puedo más!”. Y ahí ya el milagro sucedió. 
Quizás me digas que a todo uno se acostumbra. Ahora bien, supongamos que estás descalzo y encuentras a un costado del camino un par de zapatos más pequeño del número que calzas, ¿qué harías?, ¿tratarías de acomodarlo?, de seguro al principio dolerá y luego de unas cuántas quejas te acostumbrarás a caminar con eso, y quizás pienses que es mejor algo antes que nada. Pero a fuerza ni los zapatos entran. Y ahora contesta sinceramente, ¿no existen otras posibilidades o no quieres verlas?.
¿Se gana algo convirtiéndose en buzón de quejas? ¿Se gana algo forzando al destino?, creo que no. Indudablemente las excusas son una manera de eludir nuestra propia responsabilidad y de lidiar con el peor enemigo del éxito, la mediocridad. 
Para algunas personas es fácil acostumbrarse a la mediocridad y se acomodan a serlo por tiempo indefinido. Pero solo cuando “sientan”  la necesidad, “comprendan” que algo les hace daño, se pasará a un siguiente nivel de crecimiento interior.
Cuando una situación nos agobia o aprisiona, es momento de recurrir a nuestro “sensómetro interno”, dejarnos guiar por nuestra intuición, cerrar el círculo y empezar a descubrir cuál es el aprendizaje que nos deja esa experiencia.
Es tiempo de dejar de ser marionetas de las circunstancias, abandonar la queja, quitarnos el traje de víctimas y empezar a construir nuestra propia realidad creando una nueva visión de nuestra historia personal. 
Ahora te invito a reflexionar en qué circunstancia específica de tu vida, piensas y piensas y aún no has logrado cambiar. ¿Cuál es el precio que pagas hoy por seguir en esa situación?.
Solo cuando sientas el punto de hartazgo total y así lo declares, te zambullirás en un torrente de emociones y hacia nuevos horizontes.
Tienes en tus manos el poder de transformar tu vida. Simplemente déjate fluir. En una de esas, la vida te sorprende.

Atrévete a SER feliz.

¡Luz y Amor!

Lic. Patricia Bogado 
Coach Ontológico & PNL
Entrenadora Transpersonal
patriciabogado.com.ar
Twitter:@patriciabogado