domingo, 28 de agosto de 2011

Nadie te pertenece


 

“Si aprendes a ser realista en el amor, si te autorrespetas y desarrollas autocontrol, habrás empezado a gestar tu propia revolución afectiva”
-Walter Riso -


El amor como sentimiento, es de los más bellos y más puros, y que puede ser manifestado de muchas formas, pero cuando aparecen los celos desmedidos o descontrolados, pueden hacer de este hermoso sentimiento un verdadero suplicio.
Los celos son emociones que se generan en la mente de quien piensa que el amor de alguien  a quien considera  de su pertenencia,  puede serle arrebatados. 
Desgraciadamente los celos son tan naturales como el amor y el odio y hasta pueden parecer normales cuando la persona que se siente celada, los percibe como una muestra de amor. Es decir, que los celos pueden causar gozo y sufrimiento.
Todos hemos sentido celos alguna vez en nuestra vida por nuestra pareja. Incluso, hasta cierto punto se siente bien cuando la persona que amamos nos cela de alguna manera sutil y hasta amorosa. ¿Qué quiere decir esto?, que existe un límite. Se hace necesario que diferenciemos entre realidad e interpretación, ya que una cosa es observar que tu pareja está hablando con alguien y otra muy distinta, es creer que tu pareja está seduciendo a alguien.
Por tanto, cuando estos celos son constantes y por cualquier circunstancia, se transforman en obsesivos, muy molestos y la relación se torna insoportable. 
El celado se asfixia y desea huir, y el celoso asume una responsabilidad más a su vida cotidiana, controlar al otro día y noche: piensa constantemente que su pareja le será infiel, cualquier persona representa una amenaza, limita la libertad de la pareja, controla todos sus movimientos. El celoso siente esa relación amenazada y desde ese instante es presa de una inquietud que le roba la tranquilidad y sufre de una constante sensación como si trajera una ansiedad hecha nudo en la garganta.
Pero, ¿Qué somos capaces de hacer, cuando tenemos la creencia de que el otro nos pertenece por el simple hecho de mantener una relación afectiva? o ¿Qué estamos dispuestos a hacer cuando experimentamos ese miedo a perder a nuestra pareja?.
Hay mucha gente que padece de celos obsesivos, tienen conductas agresivas e incluso tienen la creencia de que al controlar al otro, lo hacen por amor y confunden amor con control u obsesión.
Las personas celosas sienten que necesitan ser “todo” para el otro. Ser todo significa ser la fuente de bienestar y satisfacción para la pareja, cubrir todas sus áreas y si existe un área que no cubre, el celoso siente que él ya no es nada para el otro. Siente hasta desplazo, abandono o exclusión.
Los celos desmedidos anuncian la incompletud y la necesidad que tenemos de la otra persona. La posesión indica una falta de respeto.
Este sentimiento muchas veces nos revela el destino que tuvieron las experiencias infantiles y que se reactivan en la pareja. En otras circunstancias, pueden ser mecanismos proyectivos: “lo que yo hago, creo que tú lo estás haciendo”. En otros casos, las circunstancias de pérdida, (de trabajo, de seres queridos, de salud, vitalidad, nido vacío) también reactivan este sentimiento.
Hay algo que debes recordar y tener bien en claro: nadie te pertenece. Nadie absolutamente es propiedad privada de nadie.
Tu pareja es un ser tan libre como tú. Y deben relacionarse desde esa libertad interior. Un engaño no se puede evitar, si quiere lo hará. 
Esa persona te eligió a ti y está contigo por decisión. ¿Cuál es el costo que pagas por ejercer un control?, cuánto más persigues, más lejos estará de ti. Cuánto más necesitas, nunca será suficiente. 
No debemos controlar. El que controla inevitablemente termina controlado. Hay que atraer, hay que seducir cada día un poquito. El amor es verbo y no sustantivo. El amor es acción y no palabra. 
Había una vez una paloma muy libre y feliz. Todas las mañanas se asomaba a una plaza bastante cálida donde se encontraba una persona que le brindaba alimento, cariño y abrigo. Esa paloma se sentía tan bien cuando iba a esa plaza que esperaba muy ansiosa a que llegara nuevamente ese momento de volver.
Así es tu pareja. Déjala volar. Volverá a ti porque lo decide en libertad, porque te elige día a día, porque valora cómo lo tratas y ese amor que le brindas. Y si un día ya no regresa, estarás triste, pero entenderás que simplemente ya ha cumplido su misión en tu vida.

Luz y amor


Lic. Patricia Bogado
Coach Ontológico & PNL - Management de Emociones
www.patriciabogado.com.ar 
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